Los sacerdotes afirman que el sentido literal de los libros sagrados es por sí sólo toda la esencia de la fe. La fe es fe en la letra. Lo esencial es la reducción del significado a un solo significado. El que los sacerdotes indican y los fieles deben aceptarlo y acatarlos sin más vueltas.
Esto no es así. No hay una sola verdad. Todo es simbólico, transitorio, inestable. Los significados literales son artículos empaquetados para consumidores pasivos.
Un ejemplo conocido por todos es la tradicional interpretación del Génesis según la cual Dios modela al hombre con barro (Adán) y de una de sus costillas formó a la mujer (Eva), formando así inicialmente una pareja formada por Adán y Eva. Es muy sugestiva, la imagen de la mujer que el Clero nos ha transmitido a través de su capciosa interpretación de la Biblia. Según la misma, Eva es siempre inferior y maldita.
- Inferior pues es un simple fragmento (costilla) del cuerpo del hombre, y fue creada después de Adán para ser su compañera y no a la inversa.
- Y maldita, porque conduce a Adán al pecado original que pesará hasta el juicio final sobre la humanidad.
Es sugerente en este sentido, el manto de olvido que ha caído sobre Lilith, primera mujer de Adán, creada por Dios al mismo tiempo que Adán, y ambos formados de la Madre Tierra.
En el Génesis (Capitulo I - Párrafo 27) dice la Biblia:
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó: varón y hembra los creó.
En el párrafo siguiente (28) dice la Biblia:
Y los bendijo y les dijo Dios: Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra y sometedla; y tened dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo, y sobre todo animal que se mueve sobre la tierra.
Obviamente, en el 6º día, Dios había creado una pareja (hombre y mujer).
Eva sería creada posteriormente, después del 7º día, en el Capítulo 2 .
La divergencia entre los mitos de la creación que permiten suponer que la primera mujer se llamó Lilith, son el resultado de un entrelazamiento "descuidado" de una tradición judía primitiva y una sacerdotal posterior.
Lilith representa a las mujeres cananeas (negras) que adoraban a Anat y a las que se les permitía la promiscuidad prenupcial. Una y otra vez los profetas censuraban a las mujeres israelitas por seguir prácticas cananeas. Los cananeos tenían durante las ceremonias religiosas relaciones sexuales. Obviamente los sacerdotes no eran partidarios de la promiscuidad de las mujeres Judías para asegurar la progenie del hijo que estuviera en el vientre.
Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith consideraba ofensiva la postura recostada que él exigía. ¿Por qué he de acostarme debajo de ti? – Preguntaba - . Yo también fui hecha con polvo, y por consiguiente soy tu igual. Adán trato de obligarla a obedecer por la fuerza, pero no pudo, ya que Lilith era más astuta de lo que él pensaba.
Ella se fue de inmediato a Iahveh, y usó su habilidad de seducción sobre él. Iahveh, conocido por su suave corazón hacia las mujeres, finalmente se dejó llevar para revelarle su nombre sagrado a ella. Entonces Lilith, airada, pronuncio el nombre mágico de Dios, se elevó en el aire y lo abandonó yendo al oriente.
Ella tomó residencia en una cueva en las costas del Mar Rojo, donde hasta hoy se encuentra su refugio. (Según la biblia - Isaias XXXIV. 14-15 Lilith vive entre las ruinas desoladas del desierto edomita). Ella aceptó a los demonios del mundo como sus amantes, y dio lugar a muchos miles de niños-demonio, súcubos e íncubos. Por lo tanto, así fue cómo el mundo fue poblado con demonios, y cómo Lilith llegó a ser llamada la Madre de los Demonios y esposa de Lucifer, el Rey de los Demonios
Lilith, tiene apetitos sexuales, es una mujer que se va a la cama con quien le place y a quien nadie posee. El goce de la sexualidad, sin ánimo de procrear, otra de las de las prohibiciones habituales en contra de las mujeres en casi todas las culturas. Lilith no es tierna, no es dependiente, busca el sexo. Por ello puede enloquecer a los hombres como una "femme-fatale".
Lilith es lo que jamás podrá ser dominado, ni eliminado, ni manipulado, porque permanece fiel a su propia verdad. Y en virtud de esa lealtad siempre elige aquello que está en armonía con su naturaleza, no permite que los demás elijan por ella, no hace concesiones. Ella es nuestro subconsciente, esa parte de nosotros que es el más animal, desafiante, incivilizada, pasional, y básicamente natural. Ella es sexo.
Nadie la expulso del Paraíso, y nadie le negó tampoco la entrada, por tanto Lilith sigue siendo libre de volver y puede, por la misma razón, indicarnos el camino de regreso al Edén. Esto implicaría que la clave para la unidad de la humanidad está en el rol de la mujer. Que sea feliz de serlo, que no dependa del hombre, ni trate de imitarlo.
De hecho también se ha dicho que Lilith se presentó en el Edén (ante Adán y Eva) como la serpiente enroscada en el árbol del Bien y del Mal, lo cual sugiere que entraba y salía libremente del Paraíso.
Se sugiere que Lilith es la proveedora del cuerpo de la serpiente, mientras Satanás era la voz.
Cabe destacar que la forma de serpiente, nos sugiere una vez más su vínculo con Kundalini, que es un portal hacia la elevación de la conciencia y nos permite distinguir el bien y el mal.
La armonía primitiva del Edén se ha perdido. El conocimiento del Bien y del Mal, Diada primitiva del microcosmos, pone a Adán (y con él a la humanidad) fuera del paraíso y lo lanza en la más formidable búsqueda. En ella trata de regresar a la unidad primitiva y corre tras las huellas de la Divina Unidad. Pero la marca que dejó en el árbol de la ciencia del bien y del mal no le permitirá regresar al idílico Edén y se debatirá en el mundo de los contrarios. Se había separado el hombre de la mujer, y perdido momentáneamente la conciencia de la unidad, que constituye nuestra sabiduría instintiva y primordial.
Es muy probable, que esta Serpiente-Lilith fuera el resultado de la mirada Rabínica de Lilith - ella la que seduce a los hombres fuera del verdadero camino de Dios - causando así que cayeran de la gracia como lo hizo Adán.
La fábula de la huida de Lilith al oriente y del subsiguiente casamiento de Adán con Eva podría ser testimonio, no obstante de un episodio histórico primitivo: los pastores nómadas admitidos en el reino cananeo de Lilith como huéspedes, se apoderaron del poder, y crearon un reino que debía fidelidad a la diosa hitita Heba. Su nombre en griego era Hebe, la esposa de Heracles. Quizás, Eva para nosotros.
Es interesante ver cómo según el mito Bíblico - en función de su igualdad de origen - Lilith se negó a reconocer el dominio de Adán, resistiéndose asimismo a servirlo. Esta rebeldía, en la versión sacerdotal, le habría costado que Iahvé la transforme en una diablesa nocturna, visitante de los hombres que duermen solos, causante de sus poluciones nocturnas...[iv].
Siendo la liberación sexual un tabú, no es de extrañar que los sueños eróticos fueran muy comunes. Por ejemplo (dentro de un sueño) cometer el acto sexual completo y disfrutar de ella todo el tiempo!. Dado que lo más común es soñar con una mujer que uno conoce en la vida de vigilia - esposas de otros hombres - el problema se convirtió en una cuestión de romper los diez mandamientos. (Por aquel mandamiento de: no desearás la mujer de tu prójimo)
Por otra parte, añadamos a esto el hecho de que el resultado de la vida real de estos sueños era ser maldecido como alguien que ha "derramado su semilla." Sin embargo, esto era algo que nunca podría evitarse pasando así a ser una fuente continua de culpabilidad.
El alivio para esta culpa era adjudicársela a un demonio, Lilith.
Sin embargo, Lilith no nació demonio. Fue la primera esposa de Adán, creada por Iahvé a la vez que éste y como su igual. Pero ante la pretensión de Adán, apoyada por Iahvé, de que ella debía someterse a la voluntad de su marido; ella se marchó del Paraíso dando un portazo. Con ello, evidentemente, no le quedaba más remedio que unirse a las huestes del enemigo de Iahvé, Satanás.
La interpretación de la figura de Lilith podría reflejar la visión de una relación igualitaria entre hombres y mujeres que existía hasta no demasiado tiempo antes de la escritura de los primeros textos bíblicos. Ésta falta de normalización de las relaciones sexuales (no había matrimonio), así como la promiscuidad, que no excluyen en ningún caso la existencia del amor, son previas a la aparición de las relaciones de dominación; éstas siendo las progenitoras de la competitividad y de las guerras, así como de la desaparición de la figura de la mujer atractiva y seductora dentro de la religión y otros muchos cambios sustanciales e irreversibles hasta cierto punto.
A pesar de que eran más libres la relaciones entre el hombre y la mujer entre los sumerios, algunos la asocian a la palabra Lilitu, “demonio femenino o espíritu del viento” que se encuentra en la tablilla sumeria del 2000 A. de C. que contiene la fábula de Giglamesh.
Cuenta la antigua leyenda, que la Diosa Innana mandó a llamar a Gilgamesh porque su sauce sagrado no daba ramas ni hojas, pues en sus raíces había anidado una serpiente; en su tronco Lilith había creado su hogar y en su copa se había instalado un pájaro. Entonces Gilgamesh mató a la serpiente y taló el árbol, de modo que el pájaro voló a las montañas y Lilith destruyó su casa y voló a las tierras salvajes y deshabitadas. Igual que, según las escrituras hebreas, también se fue volando del Edén porque ya no soportaba a Adán, ya que no estaba de acuerdo con sus pretensiones de dominio hacia ella.
En ambos casos, Lilith se rebela contra la imposición patriarcal - no contra el hombre - porque ella sabe que la evolución sólo es posible gracias al juego equilibrado de ambas polaridades, femenina y masculina. Y mientras Lilith no sea aceptada como la otra mitad que hace posible el acceso al todo, seguirá en el exilio, ya sea en las tierras inhabitadas donde huyó de Gilgamesh, ya sea en el mar Rojo donde huyó de Adán.
Lilith está, desde el comienzo, relacionada directamente con los ritos de sexualidad. Estos ritos no eran necesariamente ritos de fecundación, sino tántricos, encaminados hacia un objetivo que es la iluminación. Ella ejerce el papel de mediadora entre la serpiente y el pájaro. Es decir, ella es quien comunica a los dos extremos del árbol, cuyo tronco simboliza nuestra columna vertebral. Ella conoce los ritos y nos puede guiar en nuestra evolución transformando nuestra energía sexual en consciencia plena.
Es comprensible que Lilith haya sido transformada en demonio, apareada con demonios y madre de demonios, y todo ello estando en el exilio, bien lejos, porque a fin de cuentas ella encarna lo que más puede temerse del viejo orden, y por lo tanto la sombra del orden nuevo.
La serpiente, los demonios, los Luciferes (que son los portadores de la luz o del conocimiento) que se alojan en nuestra columna vertebral, el extremo de su cola apoyado en nuestros genitales, su cabeza en nuestro cerebro. Lilith es también portadora de luz, y habita en el centro del árbol. Solo ella puede establecer el contacto entre la serpiente y el pájaro.
Tenemos por lo tanto un espíritu libre. y también un demonio que nos tienta a indagar más allá de nuestros límites. Tenemos una serpiente que nos entrega la llave del conocimiento y una entidad que nos insta a ser fieles a nosotros mismos.
Estas fábulas, que fueron extractadas de libros antiguos cuya referencia se adjunta, nos muestran como fueron cambiando los mitos a través del tiempo para transmitir una imagen de mujer subordinada al hombre. Para ello cambiaron a su antojo el contenido de los libros, suprimieron otros y crearon la categoría de libros apócrifos, que no quiere decir falsos como se cree vulgarmente, sino oculto; es decir que los profanos no los podemos leer.
Es a través de estos falsos mitos, que nos han sido trasmitidos por nuestra tradición judeocristiana, que nos han hecho creer diferencias inexistentes entre el hombre y la mujer. Se nos aparece entonces como una premonición auto-cumplida.
Cabe destacar que el hombre desea y es excitado sexualmente por una mujer libre como Lilith, al punto que es la causa de sus poluciones (eyaculaciones nocturnas de semen), pero elige para convivir a una mujer sumisa como Eva.
La llegada del patriarcado puso fin a los ritos sexuales celebrado en el templo de la Diosa, eliminando así la fuente principal del poder femenino, al considerarlo como algo digno de ser temido por su influencia sobre los hombres, y que por lo tanto debía mantenerse bajo control.
De ese modo, la sexualidad femenina se convirtió en algo diabólico que debía estar bajo control, para lo que se estableció un régimen patriarcal. Lilith, de un espíritu del viento pasó a ser un demonio alado. Sus alas son uno de sus atributos. Gracias a ellas Lilith jamás puede ser atrapada.
Lilith persigue algo tan simple como ser protagonista de su propia vida y de la historia misma; a través de la fidelidad a uno mismo lo cual, en definitiva, es integridad o unidad.
La división dentro del uno es el resultado de aquella división entre la mujer y el hombre, lo Masculino y lo Femenino. Y esa división es el enfrentamiento, la lucha, la insatisfacción, la separación, la soledad y el miedo.
De eso se trata..........
Notas:
[i] Yalqut Reubeni ad Gen. II.21; IV.8. Es una colección de comentarios cabalísticos sobre el Pentateuco recopilados por R. Cohen (muerto en Praga en 1673)
[ii] Alpha Beta Diben Sira, 47. Dos versiones de proverbios ordenados alfabéticamente (en arameo y hebreo), atribuidos a Jesús Ben Sira.
Numeri Rabba 16.25 . Midras sobre Números, recopilados en el siglo XII.
[iii] Targum ad. Job I.15. Es la traducción aramea de la Biblia.
[iv] Kurnitzky, H, La Estructura libidinal del Dinero, México, Siglo XXI, 1984.
Ana María Fernández, La mujer de la Ilusión, pag.77.
De la unión de Adán con Lilit, y con otra parecida llamada Naamá, hermana de Tubalcaín, nacieron Asmodeo (Satanas) e innumerables demonios. Muchas generaciones después Lilith y Naamá se presentaron ante el tribunal de Salomón disfrazada de rameras de Jerusalén[i] (según Yalqut Reubeni ad Gen. II.21; IV.8.).
De la unión de Adán con Lilit, y con otra parecida llamada Naamá, hermana de Tubalcaín, nacieron Asmodeo (Satanas) e innumerables demonios. Muchas generaciones después Lilith y Naamá se presentaron ante el tribunal de Salomón disfrazada de rameras de Jerusalén[i] (según Yalqut Reubeni ad Gen. II.21; IV.8.).
Lilit en la Biblia
La única mención en la Biblia de dicha criatura aparece en Isaías 34:14:פגשו ציים את־איים ושעיר על־רעהו יקרא אך־שם הרגיעה לילית ומצאה לה מנוח׃. En la Biblia de Jerusalén el pasaje se traduce como: «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». En la Vulgata לילית se tradujo por Lamia, equivalencia que se conserva en algunas traducciones modernas, como la de Nácar-Colunga: «Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo». Otras versiones, en fin, traducen el término como ‘criatura nocturna’ o ‘lechuza’. Al tratarse de un término que aparece testimoniado en una sola ocasión (hápax legómenon), no resulta posible saber con certeza si para el autor del texto לילית era un nombre propio o común, y en este último caso, si se trataba de una criatura sobrenatural o de una rapaz nocturna.
El profesor G. R. Driver opina que la palabra hebrea (li·líth) deriva de una raíz que denota “toda clase de movimiento de torsión u objeto retorcido”, tal como la palabra relacionada lái·lah (o lá·yil), que significa “noche”, da a entender un “envolver o rodear la tierra”.1
Blair (2009) sostiene que las ocho criaturas mencionadas en Isaías 34:13-16 son todas animales naturales.