viernes, 16 de septiembre de 2016

Sofonías 1-18

                                 La ira del SEÑOR sobre Judá





    Palabra del SEÑOR que vino a Sofonías, hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en los días de Josías, hijo de Amón, rey de Judá: 
 Eliminaré por completo todo 
          de la faz de la tierra--declara el SEÑOR. 
 Eliminaré hombres y animales, 
          eliminaré las aves del cielo 
          y los peces del mar, 
          y haré tropezar a los impíos; 
          extirparé al hombre de la faz de la tierra--declara el SEÑOR. 
 Extenderé mi mano contra Judá 
          y contra todos los habitantes de Jerusalén; 
          cortaré de este lugar al remanente de Baal 
          y los nombres de los ministros idólatras junto con sus sacerdotes; 
 a los que se postran en las terrazas 
          ante el ejército del cielo, 
          a los que se postran y juran por el SEÑOR 
          y juran también por Milcom, 
 a los que han dejado de seguir al SEÑOR, 
          y a los que no han buscado al SEÑOR ni le han consultado. 
7 ¡Calla delante del Señor DIOS!, 
          porque el día del SEÑOR está cerca, 
          porque el SEÑOR ha preparado un sacrificio, 
          ha consagrado a sus invitados. 
 Y sucederá que en el día del sacrificio del SEÑOR 
          castigaré a los príncipes, 
          a los hijos del rey 
          y a todos los que visten ropa extranjera. 




 Aquel día castigaré 
          a todos los que saltan sobre el umbral, 
          a los que llenan la casa de su señor 
          de violencia y de engaño. 
 Y habrá aquel día--declara el SEÑOR-- 
          gritos de auxilio desde la puerta del Pescado, 
          y gemidos desde el segundo distrito, 
          y gran estruendo desde las colinas. 
 Gemid, habitantes del Mortero, 
          porque será silenciado todo el pueblo de Canaán, 
          exterminados todos los que pesan plata. 
 Y sucederá en aquel tiempo 
          que yo escudriñaré a Jerusalén con lámparas, 
          y castigaré a los hombres 
          que reposan como el vino en sus heces, 
          los que dicen en su corazón: 
          ``Ni bien ni mal hará el SEÑOR. 
 Sus riquezas se convertirán en despojos, 
          y sus casas en desolación; 
          edificarán casas, mas no las habitarán, 
          plantarán viñas, mas no beberán su vino. 
 Cercano está el gran día del SEÑOR, 
          cercano y muy próximo. 
          El clamor del día del SEÑOR es amargo; 
          allí gritará el guerrero. 
 Día de ira aquel día, 
          día de congoja y de angustia, 
          día de destrucción y desolación, 
          día de tinieblas y lobreguez, 
          día nublado y de densa oscuridad, 
 día de trompeta y grito de guerra 
          contra las ciudades fortificadas 
          y contra los torreones de las esquinas. 
 Traeré angustia sobre los hombres, 
          y andarán como ciegos, 
          porque han pecado contra el SEÑOR; 
          su sangre será derramada como polvo, 
          y su carne como estiércol. 
 Ni su plata ni su oro 
          podrán librarlos 
          en el día de la ira del SEÑOR, 
          cuando por el fuego de su celo 
          toda la tierra sea consumida; 
          porque El hará una destrucción 
          total y terrible 
          de todos los habitantes de la tierra.


Jeremías 34:22
``He aquí, daré órdenes--declara el SEÑOR-- ``y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella, la tomarán y le prenderán fuego; y haré de las ciudades de Judá una desolación sin habitantes.






El amor de Dios

    Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.  Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.  El que cree en El no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.  Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas.  Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas.  Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios. 






LEE LA PALABRA DE DIOS; Y EL SEÑOR TE DARÁ ENTENDIMIENTO PARA QUE EN ESTOS ÚLTIMOS TIEMPOS QUE QUEDAN ANTES DEL FIN NO CAIGA MAS GENTE EN LAS MANOS DEL MALIGNO!





 Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación.  Porque yo testifico a su favor de que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento.  Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.  Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. 




Cómo ser salvo

      Porque Moisés escribe que el hombre que practica la justicia que es de la ley, vivirá por ella.  Pero la justicia que es de la fe, dice así: NO DIGAS EN TU CORAZON: ``¿QUIEN SUBIRA AL CIELO? (esto es, para hacer bajar a Cristo),  o ``¿QUIEN DESCENDERA AL ABISMO? (esto es, para subir a Cristo de entre los muertos).  Mas, ¿qué dice? CERCA DE TI ESTA LA PALABRA, EN TU BOCA Y EN TU CORAZON, es decir, la palabra de fe que predicamos:  que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: TODO EL QUE CREE EN EL NO SERA AVERGONZADO.  Porque no hay distinción entre judío y griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que le invocan;  porque: TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERA SALVO. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN! 


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                     Israel rechaza el evangelio

   Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio, porque Isaías dice: SEÑOR, ¿QUIEN HA CREIDO A NUESTRO ANUNCIO? Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo.  Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? Ciertamente que sí: 
          POR TODA LA TIERRA HA SALIDO SU VOZ, 
          Y HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO SUS PALABRAS.
 Y añado: ¿Acaso Israel no sabía? En primer lugar, Moisés dice: 
          YO OS PROVOCARE A CELOS CON UN pueblo QUE NO ES PUEBLO; 
          CON UN PUEBLO SIN ENTENDIMIENTO OS PROVOCARE A IRA.
 E Isaías es muy osado, y dice: 
          FUI HALLADO POR LOS QUE NO ME BUSCABAN; 
          ME MANIFESTE A LOS QUE NO PREGUNTABAN POR MI.
 Pero en cuanto a Israel, dice: TODO EL DIA HE EXTENDIDO MIS MANOS A UN PUEBLO DESOBEDIENTE Y REBELDE.