viernes, 21 de abril de 2017

Y vi los muertos, ambos grandes y pequeños...

Apocalipsis 20:12


Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

Juan, buen observador, nos sigue trasladando pequeños detalles sin perder la visión global de la escena que está presenciando. Lo que ahora sigue es el juicio de la Humanidad. Es el juicio de los grandes y pequeños, es decir, que no hay nadie ni tan grande o importante, ni tan pequeño o insignificante, capaz de escapar del juicio de Dios; y todos estarán de pie ante Dios, al igual que suele suceder en un juicio con los prisioneros que son culpables y condenados, y se situarán delante del tribunal de justicia divina.
El primer Libro

Se mencionan aquí dos clases de libros. El primero contiene el informe de todas las obras humanas. Este libro registrará todos los pensamientos, palabras y obras de los pecadores, fielmente recogidos gracias a la omnisciencia divina, y servirán para proveer una fuente irrefutable de evidencias para su condenación. Y es importante ser consciente de que el autor de ese libro no es Dios, sino nosotros mismos, con las decisiones que tomamos y las acciones que realizamos, día a día, en nuestra vida diaria y personal. Nada escapa al ojo de Dios. Todo lo oculto será revelado y sacado a la luz.
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Libro de la Vida
El segundo libro mencionado por Juan es el denominado "Libro de la Vida", el cual contiene los nombres de todos los redimidos o salvos. Este libro aparece, al igual que el anterior, frecuentemente, a lo largo de toda la Biblia. Moisés estaba dispuesto a que Dios lo borrara del libro de la vida si así Éste salvaba al pueblo (Éxodo 32:32); El salmista ora para que los malvados sean borrados del Libro de la Vida y no inscritos con los justos (Salmo 69:28). El apóstol Pablo habla de sus colaboradores, cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida (Filipenses 4:3). La promesa del Cristo resucitado a la iglesia en Sardes es que el que salga victorioso no será borrado del Libro de la Vida (Apocalipsis 3:5). La idea es que, aquellos cuyos nombres estén inscritos en este libro, son los ciudadanos vivos y activos del Reino de Dios.

Pero si usted es salvo, estimado oyente, entonces no tendrá que asistir a este juicio. Sus obras serán juzgadas como un hijo de Dios, en el Tribunal de Cristo, lo cual ya tuvo lugar durante la Gran Tribulación.
 El juicio

Este juicio es sólo para los perdidos. El Señor Jesucristo había dicho: "Y no queréis venir a mí para que tengáis vida" (Juan 5:40). Los que nunca quisieron ir a Él, sin embargo desearán ser juzgados según sus propias obras. Creen que ésta es su oportunidad y dado que el juicio será justo, se salvarán. Pero olvidan que Jesús ya advirtió que nadie podría nunca salvarse a sí mismo mediante sus buenas obras, sino sólo por medio de Él, de Jesús mismo. Con ese fin vino Jesucristo a la Tierra. Por eso murió en una cruz. Y por eso resucitó, venciendo a la muerte y a Satanás. Él ha ganado para nosotros el derecho de ser salvos. Si nosotros despreciamos esto, le estamos despreciando a Él; también estamos despreciando Su sacrificio en la cruz y le estamos diciendo: "Gracias por tu muerte, pero creo que no la necesito, dado que soy tan bueno, tal y como mis buenas obras atestiguan, que puedo salvarme sin necesidad de recurrir a ti". Pero ninguno será salvado por sus propias buenas obras.

Y luego leemos: "Y el mar entregó los muertos." En el tiempo de juicio se dice que el mar devolverá sus muertos; Ha habido multitudes que han fallecido o desaparecido en el mar, y serán resucitados para el juicio. Debemos pensar que esto no supone problema alguno para el Creador.
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Juan añade: "Y la muerte y el Hades", el lugar donde van los espíritus de los que están perdidos, "entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras." Recordemos que muerte y Hades son términos que describen el estado de la muerte. Todos los muertos injustos y pecadores se presentarán en el juicio del Gran Trono Blanco, y ninguno de ellos escapará. De todos los lugares en los que se hubieran depositado los cuerpos de los muertos no justos, saldrán cuerpos nuevos, preparados para el Infierno. Desde luego esta es una escena terrible que debiera hacer reflexionar a muchos. 
Con esta idea nos despedimos de usted, no sin antes pedir a Dios que bendiga Su Palabra que acabamos de leer, y que ésta haga mella e impacto en su vida.


Romanos 10:9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 
Romanos 10:10 Porque con el corazón se cree para alcanzar justicia; y con la boca se hace confesión para salud.



Oracion para aceptar a Cristo
 Señor Jesús En este momento reconzco que soy pecador y que te he fallado pero creo que Cristo murió por mi y que su sangre preciosa me limpia de todo mi pecado.

 Por fe, en este momento te recibo en mi corazón como mi único y suficiente salvador personal confiado que tu me darás la salvación de mi alma. Ayúdame Señor a hacer tu voluntad cada día.

 Te pido que escribas mi nombre en el libro de la vida para cuando tu me llames yo pueda responder, Te doy gracias en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


 Amen Gloria a Dios.